8.10.09

Encuesta






La cosa es así. Parte de mi trabajo implica ser la "psicóloga" del lugar, donde vienen chicos de todos los sectores a contarme sus historias, sus problemas, sus dramones existenciales. A los que piensen que le erré de profesión, están definitivamente en lo correcto.


Pero bueno, no es el caso. El tema es que hoy vino uno de los chicos, con el cual ya a esta altura se puede decir que somos amigos. Conozco la familia, su vida, sus sueños, y sus cagadas.


El tiene 32 años, está casado sin papeles y tiene un hijo de 8 años. En el trabajo conoció una chica, soltera, sin demasiados compromisos, divina la pendeja. Le dio vuelta la cabeza. Se enganchó mal con ella, estuvieron en un par de oportunidades, con todos los chiches (cama incluida). Hasta que le agarró el ataque de conciencia, y decidió cortar la relación, para no dañar ni a su familia ni a ella, le pudo la culpa. Inclusive le contó a la mujer de la historia con esta chica, y ella decidió perdonarlo y darle otra oportunidad al matrimonio.


Respecto a ella... quedó enganchada, para qué negarlo. Él también consiguió patearle las estanterías y cambiarle las estructuras. Siempre supo su historia, respetó sus tiempos y su decisión. Pero quedó picando ese bichito del "que hubiera sido si...".


El la quiere, y aún hoy, después de 4 meses de cortar todo, sigue sintiendo como se le acelera el corazón cada vez que ella está cerca. Pero no se juega, sigue prefiriendo su aparente "estabilidad" matrimonial a una vida con la persona con la que sabe que va a ser feliz.


Ella tiene sus momentos. A veces lo entiende, a veces lo detesta con todas sus fuerzas, a veces lo adora. E inconscientemente sigue buscando ese momento que le permita estar cerca de él, robarle un beso y demostrarle que es ella, que la mujer para él es ella.


Y yo no puedo hacer más que escucharlos, porque no tengo idea cómo aconsejarlos. A él le diría que ni el hijo ni la mujer se van a morir si él decide ser feliz, que se juegue, que vaya atrás de lo que quiere. A ella le diría, sacando mi lado más feminista, que no sea boluda, que no hay retorno después de una infidelidad, y que nada le garantiza de que a ella no le haga lo mismo. O decirle que la felicidad llega, que espere, que tarde o temprano todo llega.


Ustedes? Qué les dirían si tuvieran la oportunidad?

10 comentarios:

Virginia Prieto dijo...

que difícil...
con mucho tacto insinuaría que se vive una sola vez y el ser humano debe aprovechar toda oportunidad de ser feliz, eso no implica dañar a otros sino sencillamente hacer las cosas como adultos y establecer límites y tiempos.
Igual, no hay recetas
cada uno es un mundo así como cada situación

beso

Flor dijo...

Que que con la pendeja será feliz no es una certeza, sólo una suposición. Seguramente también lo pensó cuando decidió estar con su mujer.

Es un tema complicado. Si su pareja no funciona, no funciona, y punto. Pero no sé si será éste el caso.

Claro, no se quiere quedar sin el pan y sin la torta. Y así no es.

Yo, con tan pocos elementos no me atrevo a opinar.

La Ruiva dijo...

No puedo ser imparcial en este tema, siempre le diría a el que es un boludo, si la ama, que no la pierda.

Tengo que alejarme de estas historias.

La Tilinga dijo...

Habría que ver si la tercera en discordia está realmente interesada en el flaco... Quizás solamente le interesa porque el tipo está comprometido/casado, es como un "fetichismo" que tienen.

Existen algunas que claman que es EL hombre de su vida, pero si el tipo se juega y deja a la esposa, terminan perdiendo TODO el interés en el pobre flaco, que, a su vez, se queda sin el pan y sin la torta.

Cesar dijo...

Que haga lo que mas feliz lo haga sentir, evidentemente algo en su pareja esta mal, es mentira que se engaña por calentura, eso se controla y si algo falta es que tiene que seguir intentando, tal vez sea la pendeja, tal vez no, lo que si esta claro ue por mas perdon y nueva oportunidad si no es la pendeja mas adelante sera otra...en definitiva que no se quede con el "que hubiese sido" que intente averiguarlo

Her dijo...

Toda decisión implica renuncia, y toda renuncia implica un riesgo.

Dejar su vida establecida por la tercera puede significar al sujeto en cuestión la felicidad más grande de su vida... pero también puede que no.

La verdad de la milanesa es que nadie tiene la bola de cristal, y cada vez que elegimos lo que hacemos en realidad es poner nuestras fichas en un sólo número. Me encanta la metáfora de la ruleta porque encaja perfectamente!

Creo que jugarse por los sentimientos es la clave, hacerlo con la intención plena de bancarse la posible derrota es el éxito.

Guadyx dijo...

Como estas??? te mando un beso grande!

María Gabriela Costigliolo dijo...

Me parece que no hay teorias, la verdad debe ser que no la quiere tanto no? me parece que cuanod uno quiere quiere y punto.!no hay culpas... si hay amor, no hay culpas. Lo bueno acá es quedarse con lo bueno que pasaron juntos. Para que llorar " si hubiese pasado que" miles de nosotras perdemos oportunidades llorando a " que hubiese sido si"... digo...
Besos

Anele dijo...

A él que me presente a su mujer.
A ella que no pare su vida...

A los dos: ¡Estais gilipollas!

;)

Mr. X dijo...

Ufff! Dura pregunta... Todos tenemos una respuesta diferente segun el contexto el cual uno está parado.
Pero la cosa es que a todos en algun momento nos pica el bichito de 'qué hubiera pasado' cuando está en una relación que atraviesa algún problema, sino la pregunta no existiria. De mas está decir que el prefiere no perder lo que tiene por miedo y usa la excusa de "estabilidad al matrimonio', lo mismo la mujer que lo perdona sabiendo las cosas que hizo.
Creo que si verdaderamente la quiere, se tiene que jugar, y si después la cosa no prospera, no prosperó pero se la jugó. Eso de querer jugarse por la torta, y tener miedo a perder el pan, perdon pero es de cagón... Jugate o no te jueges pero no te lo preguntes...